Su voz aterciopelada invita a dejar todo lo que estás haciendo y escucharla, prestarle atención y dejar que te transporte a ese lugar tranquilo y feliz. Ella es Rocío Torío, una joven afincada en Valladolid que se define a sí misma como cantante y actriz. “Hago un poco de todo, me gusta explorar mis facetas artísticas y nunca paro, soy un poco terremoto”, confiesa entre risas.
Sus estudios poco tienen que ver con la pasión que tiene por la música. Hizo un ciclo formativo superior de Imagen e iluminación escénica, pero estar detrás de los focos se le quedaba pequeño y decidió dar un paso adelante. “Me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era estar sobre el escenario”, cuenta.
Sus inicios están relacionados al grupo musical De perdidos al trío, pero ahora está inmersa en su proyecto personal. “Tengo un montón de temas escritos desde hace mucho tiempo que van a empezar a ver la luz”, asegura Rocío. Algunos ya lo han hecho, como ‘De cero a mil’, que cuenta ya con más de 500 visualizaciones en Youtube.
De Valladolid le cautiva la gran oferta cultural que tiene. “Es una ciudad que acoge bastante bien a sus artistas; hay un montón de concursos musicales para dar visibilidad a los artistas locales”, cuenta. Pero reconoce que mucha gente de su mundillo decide salir fuera. “Es cierto que vivimos en constante lucha con el hecho de salir fuera; a mi me lo ha dicho muchísima gente que por qué no me voy fuera”. Pero Rocío ha hecho justo lo contrario: ella es madrileña, nacida y criada allí, pero por familia se vino de pequeña a Valladolid.
“Quiero quedarme aquí y luchar por el talento que tenemos, que somos una ciudad culturalmente muy rica en cuanto a cine, teatro y música. Apostemos por ello aunque sea complicado”.
Reconoce tener suerte de poder dedicarse a la música y compaginarlo con su trabajo. “Yo tengo trabajo en teatro y en música, por eso me he quedado en Valladolid”, reconoce Rocío.
“Valladolid para mí ha sido el trampolín para mostrar mi arte, el lugar que me ha visto crecer como artista”.