PAULA VALBUENA

El baile y la interpretación son el motor de su vida, ha recorrido el mundo para aprender y mostrar su arte y reconoce estar “orgullosa de ser de Valladolid”.

Nacida y criada en la capital pucelana, Paula Valbuena (1996) empezó gimnasia rítmica y su madre le sacó “porque no tenía futuro”, recuerda. “Para que me callase me apuntó a ballet y no me gustaba. Me parecía súper cursi y quería volver a gimnasia rítmica, pero mi madre me dijo que tenía que seguir porque ya estaba pagado”, cuenta. Y nació así su pasión por la danza.

Estudió en el conservatorio y ya sabía que quería ser bailarina, “Pero un verano, en un curso de danza, había clases de teatro y ahí se me partió el corazón”, recuerda. Acabó el conservatorio en el Delibes y se fue a Madrid a estudiar con Coraza y diferentes profesionales de la danza española, como Marina Claudio, también vallisoletana.

“Creo que parte de lo que soy y lo que tengo para ofrecer diferente de otros tiene que ver con la honestidad de la gente de Valladolid”

De ahí se fue a Valencia y empezó el Conservatorio Superior de Danza en Coreografía. Cuando terminó empezó Pedagogía de la Danza, que terminará este año, y paralelamente a esto, cuando regresó a Madrid, se fue a Raquel Pérez a hacer su formación regular como actriz.

La coreógrafa de Blanca Paloma, Paula Quintana, contactó con ella para salir en un videoclip de la artista. Tras esto y “como un premio de toda la valentía, el esfuerzo y todo o aprendido”, la vida la llevó hasta el escenario de Eurovisión. Pero ella no lo considera la cima. “No considera Eurovisión como lo más importante que ha hecho, “Creo que mi mayor logro es todo lo que he tenido que trabajar para estar donde estoy. Y lo que me queda”, reconoce.

“Ser artista, comunicar, es un propósito y eso me hace enfrentarme a muchas cosas que me hacen superar mis propios límites para llegar a conseguir todo lo que quiero transmitir”.

Ahora ha sido galardonada con una beca de la Diputación de Valladolid para un proyecto que empezó en 2019 y que lleva por nombre ‘La fórmula de la pureza’.

“A mi siempre me había obsesionado un montón por qué unas personas brillan y otras no. Quería transmitir esto a través de un espectáculo”, explica Paula. “El proyecto es una fórmula física para reencontrarte contigo y debe ser aplicable a cualquier actividad o persona, pero yo lo voy a expresar a través del movimiento porque es lo que sé hacer. Ahora estoy trabajando para encontrar esa fórmula”.